Cuando sufres una enfermedad del hígado, es muy recomendable realizar ejercicio. Antes, se recomendaba permanecer en reposo permanentemente, pero ahora muchos doctores recomiendan la actividad física, ya que no afecta el curso de enfermedades como la hepatitis.
Si hablamos de enfermedades crónicas del hígado, muchos estudios señalan que el ejercicio beneficia a la evolución de las mismas ya que mejora el metabolismo, disminuye el peso corporal y la cantidad de grasa en el hígado. Por eso, mantenerse activo si sufres de hígado graso es clave.
También se ha comprobado que el ejercicio beneficia a personas que sufren de hepatitis C, ya que disminuye las enzimas hepáticas y de igual manera las grasas presentes en dicho órgano.
En cuanto a la cirrosis hepática, un reciente artículo médico publicado por la revista “Journal of Hepatology” recomienda el ejercicio en pacientes de este tipo. Los niveles de actividad física cuando se sufre de esta enfermedad disminuyen radicalmente. Por eso, el hacer ejercicio beneficia a la mejora de su estado físico, muscular, anímico y reduce el riesgo de una descompensación clínica.
En conclusión, el ejercicio es importante para la salud hepática de todos, se recomienda realizar entre 1 y 3 horas diarias de actividad física, recuerda que muchas veces incluso una buena caminata cuenta.